jueves, 7 de agosto de 2014

El Avellano


Hoy quiero hablaros de una especie que no por frecuente y común es menos interesante, el avellano, un arbusto al que nos une una estrecha relación, quizás por aquello de estar muy afincados en Piloña, el concejo en el que el avellano es un emblema y motivo de festival todos los años. Se trata de un arbusto  que suele estar formado por numerosos troncos, aunque en algunos casos con gran humedad, puede tener un tronco único de grandes proporciones.


Podríamos decir casi que se trata de una especie ubicua, si bien tiene preferencia por los terrenos frescos de las riberas de los ríos donde lo vamos a encontrar siempre en una segunda línea. Sus hojas grandes redondeadas, con el borde dentado y con pelos que la hacen ligeramente áspera al tacto son inconfundibles.


Sus flores son de lo más tempraneras, saliendo incluso el invierno anterior, cuando aún quedan algunas avellanas en el árbol. Lo cierto es que sus flores no son demasiado llamativas, se trata de flores colgantes que reparten el polen mediante el viento. Las masculinas y las femeninas son algo diferentes y están sobre el mismo árbol.


Pero sin duda lo más interesante son sus frutos, las avellanas. En Piloña como decíamos se organiza cada primer fin de semana de octubre el festival de la avellana y en esta localidad podemos encontrar un postre realmente exquisito, la tarta Piloña, una especie de mousse de avellana deliciosa. Otro postre que merece sin duda una mención son los carajitos del profesor, unas pastas hechas con avellana molida, clara de huevo y azúcar típicas de la zona de Salas.



Pero las avellanas no son la única parte aprovechable. Su madera también tiene interés. En los pueblos se usó para hacer guilladas, los palos con los que llevar al ganado terminados en una punta metálica, también llamada ubleru

Muy particular son los cierres que se hacían en las tenadas (pajares) que eran de un entramado de varas de avellano o sauce y que se denominaban sarda o sardera, éstos aún podemos verlos hoy en día en muchos pueblos de Asturias como en Soto de Agues, el pueblo en el que comienza la maravillosa Ruta del Alba y que está disponible para descargar y realizar guiada desde su teléfono móvil aquí.



martes, 5 de agosto de 2014

La Tila viene del Tilo



En muchas ocasiones trabajando como guía de naturaleza la gente se sorprendía de que la tila que tomamos como relajante viniera de un árbol de colosales dimensiones y no de una pequeña hierba, como la menta, la manzanilla, el té y otras infusiones.

En realidad la tila es la flor de este precioso árbol, o mejor dicho de estos preciosos árboles puesto que no hay una única especie de tilo.

En Asturias tenemos dos especies diferentes Tilia platyphyllos y Tilia cordata


Ambas especies tienen las hojas de forma acorazonada si bien la de T. platyphyllos son más grandes y con el envés de tono grisáceo debido a la concentración de pelos blancos que posee mientras que T. cordata es más pequeño y con pelos rojizos sólo en la unión de los nervios, también en el envés.


Sea como fuere cualquiera de los dos tiene unas flores sustentadas por un ala alargada que parece una hoja, que es lo que se recoge para realizar las infusiones. Debido al tamaño del árbol (incluso más de 30 metros de altura) en algunas zonas de los Picos de Europa los lugareños se suben a los árboles y cortan algunas de las ramas, podando así el árbol y después se separan las flores ya en casa.


El ala que sustenta la flor, le ayuda cuando esta cuaja y se convierte en fruto a que cuando cae, éste no lo haga justo debajo del árbol sino que cuando el viento sopla, el fruto se sustente en el aire dando vueltas como las hélices de un helicóptero, mientras se aleja cada vez más del tronco. 


De esta manera el tilo va extendiendo su área y los hijos nacen lejos de la planta madre.

Pero... ¿dónde ver un tilo? Existen en muchas rutas pero una de las que se puede ver es la Ruta del Alba, un precioso enclave dentro del Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes que se puede descargar gratuitamente explicada con Trekkapp en la que tiene tanto Tilos como muchas otras especies.



martes, 21 de enero de 2014

Comunmente bellos: Vuelvepiedras común, Arenaria interpres

Hoy vengo a hablaros de otra de esas especies con el pseudónimo de común en este caso el Vuelvepiedras común, Arenaria interpres. Se trata de una especie limícola de la familia Scolopacidae, y vosotros diréis muy bien pero esos nombrajos me sobraban. Bueno procuro escribir para todos así que quedémonos con nuestro Vuelvepiedras. ¿Porqué se llama así? Pues es basntante obvio, por su costumbre de darles la vuelta a los guijarros de las playas y pedreros buscando su alimento bajo ellos.


Se trata de una especie que vive en pequeños grupos y que llegan a nuestras costas en el invierno escapando de las duras condiciones de las Escandinavas donde crían durante la primavera y el verano. 

En nuestras costas podemos verle tanto en la arena buscando entre los restos de arribazón, como en zonas pedregosas, dando vuelta a estas. Bajo las rocas o los restos de algas y otros depósitos busca pequeños invertebrados como pulgas de mar o gusanos marinos.


La hora de la comida siempre es un problema, si nos sentamos a observarlos en estos momentos, veremos que las luchas son constantes por el alimento, es fácil ver cómo uno defiende una zona en la que ha encontrado comida de otro que intenta arrebatársela, al momento siguiente pueden estar invertidas las posiciones.


Son animales confiados a los que podemos acercarnos bastante si lo hacemos con cautela. En invierno su plumaje es menos vistoso que durante la primavera y el verano donde destaca sobre todo el diseño llamativo de su cabeza. Tanto en verano como en invierno destacan sus patas de color naranja. 

Parece que pueden vivir hasta 10 años, pesan entre 85 y 140 gramos y tienen un tamaño de entre 21 y 24 cms, es decir, la mitad de una paloma torcaz aproximadamente.


Estas fotografías fueron tomadas en Enero de 2014, durante una revisión de la ruta Trekkapp entre la Isla a la Griega, en la playa de la Isla.

lunes, 13 de enero de 2014

Comunmente bellos: Busardo ratonero

El Busardo ratonero, Buteo buteo, era hasta hace poco conocido con el nombre de Ratonero común, se trata de una animal tan frecuente aquí en el norte que no se le presta demasiada atención, pero no por ello deja de ser un animal fascinante.

Se trata de una especie bastante esquiva que hemos podido captar gracias a la colocación de una cámara trampa en el entorno de una de las rutas Trekkapp.


Es quizás la rapaz más frecuente en Asturias, y su tamaño y coloración hacen que mucha gente la confunda con el Milano negro, Milvus migrans, especie migratoria que también frecuenta estas latitudes en verano.


La cercanía a la cámara nos permite disfrutar de la profundidad de su mirada, esa que le hace percatarse de todo lo que pasa a su alrededor desde la atalaya que suelen representar para esta especie los postes de teléfono, lugar en el que más frecuentemente lo encontramos.


Desde ellos vigila, no sólo a sus presas (ratones y otros micromamíferos, así como algunos reptiles) sino nuestra presencia, que no tolera nada bien y que le hace levantar el vuelo a la mínima sospecha de que nos acercamos.



Algo semejante a lo que nos muestran estas imágenes, que sin este tipo de tecnología sería mucho más difícil de captar.



Esperemos que los amigos de lo ajeno que se llevaron la cámara sin permiso de ningún tipo de "mi finca" el pasado 29 de Diciembre hayan aprendido la lección y mantengan las manos en los bolsillos a partir de ahora. Se lo agradeceremos, y también se lo agradezco a los miembros de la guardia civil de Infiesto por la buena labor que hicieron y la pronta recuperación de la cámara.